Como ocurre con el marketing en general y con su estrategia en particular, las cosas cambian también en el terreno del SEO. Lo hacen de forma constante y recurrente, aunque casi se podría decir que cada año hay cosas nuevas y que cada año la organización de lo que importa se modifica y se renueva. Las empresas tienen que saber qué importa cada vez a sus consumidores, pero también cómo se modifican los caminos más efectivos para ofrecérselo.
En el caso del SEO, los analistas y los expertos trabajan para intentar comprender qué está ocurriendo y cómo están cambiando las tendencias, con algunas pistas que a veces ofrecen los propios responsables de los buscadores (como es el caso de Google).
Las cosas que importan ahora mismo podrían organizarse en base a nueve grandes tendencias en SEO, como apuntan en un análisis desde Branex. Son los puntos decisivos que están marcando este año la agenda en posicionamiento y que obligan a estructurar la estrategia de SEO.
O lo que es lo mismo: antes que nada hay que centrarse en las intenciones de los consumidores y ya no solo en lo que ven cuando buscan una cuestión sino también en lo que esperan ver. Hay que intentar visuales qué resultados esperan encontrar cuando escriben sus buscadores una palabra clave concreta.
Sí, Google es todavía el buscador más usado del mundo y su sistema operativo móvil, Android, el más presente en el mercado global. Las empresas tienen que seguir pensando en Google poniéndolo en el epicentro de su estrategia, pero no solo Google es importante. También empieza a haber cada vez más espacios para la búsqueda y más escenarios en los que los consumidores las realizan.
Las búsquedas in-app son cada vez más frecuentes, pero también las que se realizan en Facebook o Amazon. De hecho, Amazon se ha asentado ya como el lugar en el que arrancan las búsquedas de compra, se hagan luego o no en Amazon, lo que obliga a posicionarse también en ese terreno.
Esto es: el poder de la marca influyen en el ranking de posicionamiento. Como señalan en el análisis, las menciones a las marcas, los sentimientos que despierta, la reputación y el contexto tendrán más valor en 2019 que el que tenían.
Puede parecer casi redundante tener que seguir insistiendo en este punto, ya que al fin y al cabo la propia Google había dejado claro en una de las pocas ocasiones en las que ha dado instrucciones claras sobre lo que su buscador quiere que este era el punto clave. Las páginas tienen que estar adaptadas al móvi y lo que ocurre en ese terrerno impacta en el posicionamiento.
A eso hay que sumar, como recuerdan en el análisis, que cada vez más búsquedas se hacen en móviles, lo que hace que sea todavía más crucial posicionarse bien en ese terreno. A medidas que los móviles se hacen con más cuota de búsquedas es más importante que se esté bien situado en ese terreno.
Las cajas con respuestas, los carruseles de información o los elementos similares que dan datos dentro de los resultados de búsqueda se han convertido en cada vez más importantes, más destacados y más decisivos como fuentes de tráfico. Esto implica que hay que cuidar mucho más que nunca la estrategia en ese terreno y buscar más que nunca entrar en esos espacios.
Las keywords LSI son las palabras clave relacionadas. Esto es, el tipo de términos que habitualmente se recomendaba usar en los textos periodísicos («no uses la misma palabra y recurre a los sinónimos», solían insistir en las clases en la facultad) pero que los primeros tiempos de la estrategia de SEO mataron con la recomendación de usar siempre la misma palabra para posicionarla mejor en Google.
Google ha aprendido que el contenido de calidad no es aquel que repite hasta el infinito la misma palabra y eso ha impactado en las keywords. Un texto para lograr hoy buen posicionamiento no solo tiene que estar escrito con calidad sino que tiene que usar palabras clave y las relacionadas.
Es un punto que habitualmente se olvida cuando se habla de cómo escribir para posicionarse, pero que es crucial. Hay que cuidar también lo que no se ve y eso implica optimizar, como recuerdan en el análisis, la estructura de URL y las bambalinas tecnológicas.
No se trata ya solo de que el umbral de paciencia de los internautas en velocidad de carga sea cada vez más bajo, sino que también lo es el de los buscadores. Por mucho que se haga estrategia de SEO, si la página tarda en cargarse demasiado todo el trabajo se quedará en agua de borrajas.
Fuente: Puromarketing.com
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